
La Unión Europea publicó en junio del 2020 el Reglamento (UE) 2020/852 del Parlamento Europeo y del Consejo para establecer un marco legal que facilite las inversiones sostenibles. Esta norma contiene los fundamentos del sistema de clasificación de actividades económicas sostenibles desde un enfoque medioambiental; por tanto, se trata de una pieza clave para el Plan de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea, que busca canalizar la inversión empresarial hacia actividades bajas en emisiones de carbono.
El reglamento considera que una actividad es sostenible, desde el punto de vista ambiental, si cumple con alguno de los siguientes objetivos:
- mitigación del cambio climático,
- adaptación al cambio climático,
- uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos,
- transición hacia una economía circular,
- prevención y control de la contaminación,
- protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas.
Conocido popularmente como “taxonomía verde”, el documento incluye un listado con 67 actividades que contribuyen a mitigar el cambio climático y otros criterios para determinar si un activo financiero puede ser considerado verde. De este modo, cualquier empresa que quiera asegurar que es sostenible frente a sus inversores -o potenciales inversores-, tendrá que demostrarlo atendiendo a estos criterios técnicos especificados en el reglamento de la UE.
Por el momento, solo se han fijado los criterios que miden el cumplimiento de los dos primeros objetivos, aunque se espera que a finales de este año la UE emita los criterios técnicos para el resto de los objetivos medioambientales establecidos. El 3 de agosto de 2021, la Plataforma de Finanzas Sostenibles publicó un borrador de informe sobre recomendaciones preliminares para los criterios de selección técnica para la taxonomía de la UE que está en proceso de consulta hasta 24 de septiembre de 2021.
Además, para que la actividad sea considerada sostenible o verde, también será necesario que no cause ningún perjuicio significativo a cualquiera de los objetivos enunciados y que se desarrolle cumpliendo con unas garantías mínimas o recomendaciones para ejercer la inversión responsable. Por ejemplo, conforme a las Líneas Directrices de la OCDE para empresas multinacionales o a los Principios Rectores sobre las empresas y los DDHH de la ONU.

Las fechas de implementación del reglamento son muy ambiciosas, y el texto está sujeto a posibles cambios derivados de las negociaciones entre los estados miembros. Sin embargo, para el 1 de enero de 2022 todos los agentes del mercado financiero deberán comunicar sus actividades desarrolladas durante el ejercicio anterior que contribuyan sustancialmente a la mitigación y/o adaptación al cambio climático. Y, a partir del año 2022, las empresas también deberán reportar el porcentaje de su facturación, de la inversión y de los gastos relacionados con la taxonomía verde para los dos objetivos iniciales (mitigación y adaptación al cambio climático). Está previsto que para el año 2023 se incluyan el resto de los objetivos medioambientales fijados.
Aunque la taxonomía verde está dando sus primeros pasos, y según los principales analistas aún queda mucho camino por recorrer, la UE ya ha anunciado una taxonomía social para finales de 2021, que clasificará las actividades con una contribución sustancial a los objetivos sociales. En este sentido, el pasado 12 de julio se publicó el primer borrador de la taxonomía social. Es importante mencionar que con este nuevo reglamento pretende definir qué actividades promueven los beneficios sociales, como un trabajo digno o el acceso a la atención medica asequible, entre otros, y de esta forma también facilitar a los inversores su toma de decisiones en cuanto a las finanzas sostenibles.
Desde Anthesis trabajamos de la mano con nuestros clientes para apoyarles en la alineación de sus actividades con los requisitos establecidos en la taxonomía verde. Colaboramos tanto con empresas como con las entidades financieras, acompañándoles en su aplicación y cumplimiento de esta nueva normativa europea, ayudándoles en la definición de las oportunidades y minimizando los posibles riesgos a futuro.