Las catástrofes naturales y los fenómenos meteorológicos extremos son el segundo riesgo más grave para el que debe prepararse el mundo en los próximos dos años. La naturaleza es el próximo reto que exige una solución global.
¿Quién iba a pensar que «naturaleza» y «biodiversidad» serían palabras que ocuparían hoy un lugar central en muchas empresas?
Desde que la COP15 de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad celebrada en Montreal concluyó con el compromiso de proteger el 30% de las tierras y los mares para 2030, la naturaleza y la biodiversidad han pasado a formar parte de nuestro vocabulario común. El Informe sobre Riesgos Mundiales 2023 del Foro Económico Mundial (FEM) indica que «la incapacidad para mitigar el cambio climático», así como «el fracaso de la adaptación al cambio climático» son los dos riesgos más graves a los que se enfrentará el mundo en la próxima década, seguidos de «las catástrofes naturales y los fenómenos meteorológicos extremos» y «la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas».
La COP15, el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, culminó con un nuevo Marco Global de Biodiversidad hasta 2030. Se acordaron 23 objetivos que requieren una acción amplia para transformar la relación de nuestras sociedades con la biodiversidad de aquí a 2030 y garantizar que, de aquí a 2050, se cumpla la visión compartida de vivir en armonía con la naturaleza. Estas 23 metas están en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Cuatro conclusiones clave de la COP15

El clima y la biodiversidad son crisis interrelacionadas
La naturaleza aporta soluciones tanto desde el punto de vista de la adaptación al cambio climático como desde su mitigación. El 37% de la mitigación climática necesaria para cumplir el objetivo de 1,5 grados de calentamiento global puede provenir de soluciones climáticas Nature Positive. Un buen ejemplo de ello es el apoyo a los agricultores de Sudamérica para que adopten prácticas más holísticas, entre otras cosas, con el objetivo de recuperar especies endémicas. Muchas medidas de adaptación al clima —por ejemplo, la protección contra las inundaciones debidas a la subida del nivel del mar— también las proporciona la naturaleza. Al mismo tiempo, la biodiversidad se ve gravemente afectada por el cambio climático, y se prevé que los daños a la naturaleza se agraven a medida que empeore el cambio climático. Proteger y restaurar la naturaleza puede contribuir a mitigar el cambio climático, protegiendo al mismo tiempo a los seres humanos.
El compromiso del Marco Global de Biodiversidad es proteger el 30% de la tierra y los mares para 2030.
Nature Positive como nuevo término
Se reconoció la necesidad de detener y revertir la pérdida de naturaleza de aquí a 2030, lo que también se conoce como adoptar un enfoque positivo con respecto a la naturaleza. Esto equivale al objetivo de 1,5 grados para el cambio climático. El compromiso del Marco Global de Biodiversidad es proteger el 30% de la tierra y los mares para 2030. Para conseguirlo tenemos que actuar, y para ello se acordaron 23 Objetivos.
Los objetivos clave son:
- Acuerdo que compromete a los gobiernos a exigir a todas las grandes empresas e instituciones financieras que evalúen y divulguen sus riesgos, impactos y dependencias de la biodiversidad a más tardar en 2030 (Objetivo 15). La perspectiva de la dependencia impulsará y motivará especialmente a las empresas a reconocer hasta qué punto dependen de la naturaleza.
- Promete una reforma integral de las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente, reorientándolas o eliminándolas (Objetivo 18), con un objetivo de reducción de 500.000 millones de dólares al año. Se trata de un verdadero paso adelante en comparación con el anterior objetivo de Aichi de 2010.

La financiación natural será crucial
Al igual que en la COP27, la COP sobre el clima que se celebró en Egipto a principios de 2022, la financiación es crucial para impulsar la acción. En el caso de la biodiversidad, es necesario aportar 700.000 millones de dólares al año para hacer frente a la crisis mundial de la naturaleza. Se trata principalmente de un flujo financiero de los países más ricos a los más pobres. Está claro que el coste de la inacción es mucho mayor.
Durante la COP15 se anunciaron varias iniciativas adicionales que financian la naturaleza, entre ellas:
- Nature Action 100, una iniciativa mundial de compromiso de los inversores centrada en impulsar una mayor ambición y acción empresarial para reducir la pérdida de naturaleza y biodiversidad.
- La iniciativa de Kering y L’Occitane, que mostró la importancia de la colaboración intersectorial al anunciar una nueva financiación para soluciones basadas en la naturaleza que movilizará recursos de la moda de lujo y del sector de la belleza. El Fondo Climático para la Naturaleza, cuyo objetivo es alcanzar los 300 millones de euros, está especialmente diseñado para invertir en soluciones basadas en la naturaleza en los países de donde proceden sus materias primas. Los proyectos incluirán la reforestación, la restauración de manglares y la protección de pastizales contra el pastoreo excesivo.

Involucrar a las comunidades indígenas
Se reconoció que el papel de los pueblos indígenas es clave para la protección y restauración de la naturaleza (Objetivo 22). Además de lo que podemos aprender de los pueblos indígenas sobre cómo vivir en equilibrio con la naturaleza, al menos el 80% de la biodiversidad que queda en el planeta está bajo el cuidado de sus comunidades. El Objetivo 3 reconoce y respeta los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluidos los derechos sobre sus territorios tradicionales.
De cara al futuro
Es cierto que en la COP15 se lograron avances, pero aún quedan temas por resolver.
La primera se refiere a otra crisis: la del agua. ¿No deberíamos abordar las crisis del clima, la biodiversidad y el agua como si fueran una sola? Tenemos la oportunidad de hacerlo con la Conferencia sobre el Agua UN2023 que se celebrará en marzo en Nueva York. Será la primera conferencia mundial sobre el agua en 46 años. Estas crisis medioambientales no pueden tratarse de forma aislada.
Una segunda preocupación es que los acuerdos alcanzados en la COP15 no son jurídicamente vinculantes. Creemos, sin embargo, que los compromisos adquiridos por las principales empresas a través de Business for Nature y la Capitals Coalition y el hecho de que el mayor contingente de empresas haya estado presente en esta COP significan que avanzaremos hacia un 2030 positivo para la naturaleza. Seguimos esperando que estos acuerdos se conviertan en compromisos jurídicamente vinculantes por parte de los gobiernos, por el futuro de nuestro planeta.
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