
La contaminación provocada por los residuos que generamos es una problemática grave que tiene un impacto ecológico grande. Afecta a los acuíferos, a la atmósfera, a los océanos y a un gran número de especies. Y, en consecuencia, también nos afecta a los humanos.
La gran mayoría de nosotros ha visto las típicas imágenes de animales marinos con plásticos enredados en alguna parte del cuerpo o dentro del estómago. También hemos vistos vastas extensiones de agua con residuos flotando en la superficie. El alcance de los materiales tirados que usamos diariamente es tan gran que recientemente se han encontrado plásticos, envases y restos de ropa en la tercera fosa oceánica más profunda del planeta, a unos 1.000 metros de profundidad.
En tierra firme los impactos tampoco son desdeñables. La acumulación y degradación de los materiales en los vertederos obliga a tomar medidas para no dañar los entornos. Esto implica la necesidad de impermeabilizar el suelo bajo el vertedero para evitar que los líquidos resultantes de la descomposición de los residuos, los lixiviados, lleguen a contaminar las masas de agua cercanas a través de los acuíferos. Y no siempre se consigue.
Además, hay que tener en cuenta la emisión de gases de efecto invernadero. Según el documento “Càlcul de les emissions de GE derivades de la gestió dels residus municipals. Metodologia per a organitzacions”, de febrero de 2020 y elaborado por la Oficina Catalana del Cambio Climático y el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya, las emisiones derivadas del almacenaje de residuos en los vertederos correspondo al 77% de las emisiones generadas en la gestión de residuos. En general, este sector es responsable de un 6%, aproximadamente, de todas las emisiones en Cataluña.
Propuesta de ley de residuos para fomentar la economía circular
El pasado mes de mayo, el Gobierno español remitió el proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados para impulsar una economía circular y baja en carbono. Sin fecha aún para su aprobación, esta nueva ley quiere alinearse con las nuevas orientaciones y los nuevos objetivos en materia de residuos definidos por la Unión Europea, como el aumento de la tasa de reciclaje hasta un 65% de cada a 2035.
Uno de los principales objetivos de la propuesta de Ley y de la Unión Europea es el fomento de la economía circular. Actualmente la cantidad recursos necesario para producir los materiales que usamos habitualmente es muy grande y una forma de medir este fenómeno es el Día Mundial de la Sobrecapacidad de la Tierra: el día en que consumimos todos los recursos naturales que el planeta es capaz de regenerar en un año.
Desde 1970 esta fecha se ha ido adelantando: a nivel global, en 1997 se dio a finales de septiembre, mientras que en 2019 fue el 29 de julio. Para este 2021, teniendo en cuenta el efecto de la pandemia por la Covid-19, también ha sido el 29 de julio, a nivel global. Pero si nos fijamos en el caso de España, los cálculos de este 2021 indican que el Día de la Sobrecapacidad fue el 25 de mayo. Es decir, ya estamos usando los recursos naturales del año que viene desde hace cuatro meses. Esto implica que estamos usando 2,5 planetas Tierra para cubrir nuestras necesidades durante 2021. Solo en España.
Y las previsiones globales indican que, de cara a 2025, necesitaremos en todo el mundo tres planetas para mantener el ritmo de producción y consumo. Obviamente se trata de un ritmo insostenible para la Tierra y para nosotros: los recursos son finitos y el impacto del cambio climático aún puede limitar más el acceso a los recursos.
Fomento del uso sostenible de los recursos
Dejando de lado la economía circular, la nueva ley de residuos también quiere restringir los plásticos de un solo uso, fomentar la prevención en la generación de residuos, aumentar la tasa de recogida selectiva y reciclaje, incentivar el consumo de agua no envasada en la hostelería y la restauración, implementar instrumentos económicos e incentivos, aplicar la responsabilidad ampliada del productor y mantener la regulación de los suelos contaminados.
El uso sostenible de los recursos y la prevención en la generación de residuos son dos formas muy importantes para conseguir convertirnos en sociedades sostenibles con nuestro entorno. Si no cambiamos la relación que tenemos con el planeta y la forma de elaborar los materiales necesarios para vivir, los impactos que generamos se irán agravando y tendrán consecuencias nefastas. Y estas nos afectarán tanto a nosotros como al resto de especies existentes en la Tierra.
Entre todas las personas podemos conseguir cambiar los hábitos que tenemos y asegurar un futuro mejor. Un futuro que sea sostenible a todos los niveles y que permita una convivencia correcta con el entorno que nos rodea y del que dependemos.