La educación, en nuestro corazón desde los orígenes

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«La educación, para que sea útil, no debería alejar a las personas de la tierra, sino enseñar a respetarla». Esta frase es de Wangari Maathai, bióloga, ecologista, premio Nobel de la Paz e ideóloga de la gran muralla verde africana.

La cita de la doctora Maathai, primera doctora en biología de África, muestra claramente la importancia que tiene la educación para la sociedad y para fomentar el espíritu ambientalista y de protección y respeto por la naturaleza.

Hoy en día no hay dudas de que la educación es una herramienta indispensable para el futuro de cualquier país y para conseguir que la ciudadanía crezca con sentido crítico y valores de respeto hacia el entorno. Ésta es una afirmación de que en Anthesis, desde sus orígenes como Lavola hace más de 40 años, llevamos grabada bien adentro.

Una escuela de naturaleza para maestros

Lavola, actual Anthesis, nació en 1981 en Sant Andreu de La Vola (Osona) organizando una Escuela de naturaleza para maestros en el núcleo de Llombregueres de Baix, conjuntamente con la Escuela de Verano del Valle del Ges. Esta escuela tenía como objetivo enseñar a los maestros de los centros educativos cercanos el entorno natural para que pudieran trasladar este conocimiento a su alumnado y fomentar el respeto hacia el medio ambiente.

Desde entonces, ha ido creciendo, ampliando sus servicios, abarcando la sostenibilidad desde todos los aspectos, pero sin dejar nunca de tener la educación en su corazón, en el núcleo de la organización. Por este motivo, los servicios educativos siempre han sido uno de los puntos fuertes de la empresa y han trabajado para fomentar la educación para el medio ambiente y la sostenibilidad, adaptándose a los conocimientos y retos de cada momento.

Durante los más de cuarenta años, han sido mucho los proyectos educativos realizados en la casa y numerosos los clientes con los que se ha ido trabajando. Uno de los más emblemáticos, y que ha acompañado a la entidad desde casi sus inicios es la Diputación de Barcelona, con proyectos como el programa “Conozcamos nuestros parques”.

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La evolución de la educación ambiental

La educación ha cambiado mucho desde 1981 hasta ahora, sobre todo en el caso de la educación ambiental. Los pasos de gigante que ha dado hasta convertirse en un pilar de la sostenibilidad son muy meritorios y no pueden entenderse sin la Carta de Belgrado, resultado del Seminario Internacional de Educación Ambiental celebrado en la ciudad serbia en 1975.

Las declaraciones que se pusieron sobre papel en la Carta de Belgrado tardaron unos años en afianzarse, ya que tuvieron que pasar unos años hasta que no se empezó a tomar la naturaleza de forma seria a nivel institucional: en 1982, Naciones Unidas redactaron la “Carta Mundial de la Naturaleza”, y en 1992 tuvo lugar la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, cuando se aprobó la Agenda 21 sobre el desarrollo sostenible.

Pero desde entonces han ido ganando un terreno cada vez más relevante tanto en los planes educativos como en la sociedad. Numerosos trabajos defienden el papel de la educación ambiental para todos los sectores: el Informe Delors de 1996, el informe “Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial?” de la UNESCO a 2015 o el informe “Estado del mundo” de Worldwatch de 2017.

El papel de la educación ambiental en Anthesis

Marta Lacruz, Directora Ejecutiva de Educación de Anthesis España, ha liderado a los equipos de educación durante más de 20 años y su experiencia le ha permitido adquirir un profundo conocimiento sobre la educación ambiental. Para Marta, el objetivo de la educación ambiental es capacitar a los ciudadanos a emprender acciones de forma informada y consciente de las consecuencias que tienen sobre el entorno y las personas, y hacerlo de forma responsable y consensuada con los demás .

Otro aspecto que destaca es el amplio alcance que puede tener la educación ambiental, más allá del público escolar, que es lo primero que nos viene a la cabeza porque es un público cautivo y está bien identificado. “Se debería ambientalizar todo tipo de educación, es decir, que el valor ambiental esté incluido en todo el currículum educativo y en todas las formas de aprendizaje (sea en la formación reglada, continúa, la no formal, in company , etc”.

Este amplio campo de actuación que puede tener la educación ha permitido a Anthesis ampliar los espacios donde implementar proyectos educativos, incluyendo empresas y organizaciones para que lleguen a todos los agentes de la sociedad.

Al fin y al cabo, como menciona Lacruz: “En Anthesis tenemos la educación ambiental integrada, puesto que por nuestro modelo de negocio comunicamos a la sociedad algunas de las soluciones que realizamos. Pero, además, enseñamos el Ecoedificio a grupos escolares y les transmitimos nuestras soluciones, en las que están basadas y porque responden a unas necesidades concretas. Estas actuaciones muestran de forma muy concreta y tangible la corresponsabilidad en la educación, necesaria cuando se cree en ella como bien común”.

Está claro que la educación es una herramienta vital para la sostenibilidad y para la sociedad. Y en Anthesis hemos integrado la educación en el propio ADN de la empresa como legado de nuestros orígenes hace 40 años. Un legado visible en todos los servicios y proyectos que llevamos a cabo con el objetivo de contribuir a un mundo más respetuoso con la naturaleza y el medio ambiente.

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